«Estoy encantada de expresar mi pasión por el basket»

La joven base catalana Laura Villaescusa fue operada recientemente de ligamento cruzado anterior y menisco de la rodilla izquierda

«Soy Laura Villaescusa , jugadora de Joventut Mariana de Sóller. Este año, en el último partido de pretemporada contra Perfumerías me lesioné, y desde la página de Prodep me han dado la oportunidad de dar mi opinión sobre mi equipo y la liga desde el banquillo, igual que ir explicando como va mi recuperación, así que encantada de expresar mi pasión por el baloncesto desde estas líneas, pero solo esta temporada eh!, que la que viene ya estaré a tope para volver a las pistas.

Es duro ver al equipo desde el banquillo, ver que no puedes formar parte de los entrenamientos, siento una gran impotencia porque si siempre que tenía alguna lesión de dos semanas ya me comía las uñas, imaginaros como puedo sentirme ahora.

Todo empezó el cuatro de octubre, cuando en un contraataque en el último partido de pretemporada hice una parada, de las que me encanta (o me encantaba) hacer, pero mi pierna fallo y ahí sentí que algo iba mal.

Tras las primeras impresiones me tranquilicé, ya que después de lo vivido el año pasado con Gaby me vino a la cabeza lo peor, pero las primeras impresiones eran de aliento, de que descartaban ligamentos, que podría ser desde menisco a luxación de rótula, que suponía un mes y medio máximo sin jugar, y recuerdo que incluso siendo una buena noticia dentro de lo que podría ser, me enfadé porque no quería perderme el inicio de liga.

Este año sentía que iba a ser diferente, me sentía genial en la pista, con el equipo, con confianza, con ilusión, sentía que iba a ser un gran año para el equipo y personalmente. Pero se cruzó en el peor momento mi lesión ¡¡No he podido ni empezar la liga!! Después de una buena pretemporada, sentí en aquel salto como mis ilusiones se esfumaban en el aire.

Durante las tres semanas antes de mi operación, sentía que no podía ser que Gaby se rompiera cruzado en febrero y yo en octubre, sentía que el equipo no podía tener tan mala suerte que cayerá una base tras otra con la misma lesión, que entraría en quirófano y no estaría roto… y así fue.

Entre al quirófano, mi primera vez por cierto y súper nerviosa. Me pase los diez días antes de la operación preguntando a todo el mundo, el cómo sería, porque siempre he tenido mucho respeto y algo de pánico, así que el 28 de octubre podría decir que sabia cada cosa que me iban a hacer o iba a sentir. Cuando el enfermero que me bajo a quirófano, llamo a la puerta y me puso aquel gorro pensé «no hay vuelta atrás» y al pasar aquella puerta y sentir aquel frío supe que iba a ser como me habían contado. Primero la vía, luego el cóctel de bienvenida (me relajaron), después epidural… y ahí todo empezaba.

Os aseguro que pensé en no ver las imágenes en la pantalla, pero no pude evitarlo, tenía esperanzas que aquel ligamento no estuviera roto. Y el doctor dice: «meniscos rotos» y un largo silencio en el que esperaba escuchar «y ya está». En medio de la operación diciéndole al anestesista, «no ha dicho nada de cruzado, esta bien?» y el hombre, «aun no, tranquila», debieron pasar segundos, que se me hicieron eternos hasta escuchar aquel «y cruzado roto». Ahí se me cayó todo al suelo, y no me quedo otra que relajarme y hacer que desapareciera aquella pequeña esperanza.

La operación fue bien, pero a las dos horas, cuando aquello empezó a despertar empecé a pedir «chutes» para el dolor, Gaby me lo recomendó jeje, Una noche bastante mala, dormí quizá tres horas, pero lo peor era despertar a mi madre cuando tenía que hacer mis necesidades, aquella cuña, que horror, no bebía agua para evitar aquel dolor al colocármela. Lo más gracioso de todo es que estuve julio y agosto cuidando a mi madre de una artroscopia de rodilla, así que ahora le tocaba a ella.

Ahora os hablaré del hombre del bolso. Este señor, médico que me puso los puntos, se presentó al día siguiente en mi habitación para quitarme los drenajes, lo reconocí de la operación por su aspecto (siempre un bolso colgado) y os aseguro que no se me olvidará nunca. Lo primero que hizo fue subirme la pierna hasta arriba, no pude evitar gritar pero eso no fue todo, el quitarme la venda, los drenajes y volvérmela a vendar puedo decir que ha sido lo peor de la operación.

Al fin salí del hospital, y para casita. Pasé unos primeros malos días porque no podía moverme, siempre necesitaba ayuda para todo pero a partir de ahí todo ha ido a menos. Ahora llevo siete sesiones de rehabilitación, y tengo que decir que he mejorado muchísimo, como no pensé el primer día que me quitaron el vendaje (a los seis días de la operación) que mi pierna estaba muerta, dolorida, que no podían ni tocármela. Y ese fue el primer comentario del rehabilitador, «esta pierna está muy vaga…» tengo que reconocer que se me cayó el mundo encima porque por más que quería, no podía. Todo ha ido a mejor día a día. La obsesión de los médicos, fisio y la mía era que la pierna no me subía, ya que había perdido mucho cuádriceps (estuve cinco semanas sin andar).

No sabéis la alegría que sentí cuando anteayer subió y el ánimo que me ha dado. Por cierto, agradecer a Juan el trabajo que esta haciendo conmigo porque para mí es muy importante sentirme segura en la rehabilitación y ver que todo va bien. Después de quince días, estiro perfectamente, subo la pierna hasta arriba y doblo 95º, así que esta genial. Ya veo la meta más cerca. Ahora ya pienso en cuando podré volver a pisar la pista de baloncesto.

Así que este año no me queda otra que apoyar y animar al equipo desde la banda, aportar todo lo que pueda de mí de otra forma a la que me gustaría.

Este año quizás no hemos empezado tan bien como el año pasado, pero aún queda mucha liga, recordemos el comienzo de León la temporada pasada con 1-6 y mira donde llegó. Así que creo que el equipo ha pasado la mala suerte de lesiones, llegadas tardías de americanas… y sé y puedo decir que a partir de este sábado todo va a ser diferente. Tenemos muy buen equipo, trabajador, completo y más unido que nunca y sacaremos partido a partido, hasta volver a estar donde nos merecemos. Siempre desde la humildad y el trabajo en equipo.

Opinando sobre la Liga Femenina, este año se ven tres claros favoritos a estar arriba, Ros Casares, Perfumerías y Rivas. Pero a partir de ahí cualquier cosa puede pasar. Como cada año no faltaran las sorpresas, sino el baloncesto sería muy aburrido. Veo bien a Zaragoza y Gerona, pero ya he comentado antes que esto no ha hecho nada más que empezar, lo importante en este liga es ser regular, y de los equipos del 4º para abajo el que más lo sea, ahí estará peleando con los mejores, y por entrar, primero en la Copa y luego en la plaza libre que hay en play off.

Así que desde estas líneas espero seguir informando de mi pronta y positiva recuperación, igual que del buen papel del equipo esta temporada. Y aprovecho para dar las gracias a todas esas personas, amig@s, compañer@s, y familia que me apoyan y que me han dado y siguen dando palabras de aliento. Mil gracias a todos!

«La actitud positiva deber ser un hábito, trabajando todos los días sobre todo en las situaciones adversas» Gabriel Alemany

Tengo que estar con más fuerza y más positividad que nunca. Ya quedan 24 semanas».

Laura Villaescusa