Un repertorio interminable

Sin olvidar a la afición del Avenida, José Ignacio valora a la del Wisla

Una semana más y de nuevo feliz tras las victorias en Euroliga y Liga, por fin hemos cogido una buena racha de victorias (9-1), tras los dos tropiezos iniciales.

Y es que siempre es bonito ganar por el equipo y por los directivos, pero al igual que sucedía en Salamanca, cuando tienes una afición que te apoya en todo momento, también te gusta ganar por ellos.

Es cierto que la afición salmantina es inigualable y que nunca olvidaré todos los momentos vividos junto a ellos, esos momentos en los que nos llevaban en volandas hacia la victoria y a conseguir grandes resultados.

Pero aquí en Cracovia tenemos un grupo de incondicionales que merece la pena citar: son unos 200 chicos jóvenes (sobre 1.200 espectadores que suelen acudir a los partidos), que bufanda al viento se pasan el partido entero cantando y es que parece mentira el repertorio que pueden tener para no parar de cantar en más de hora y media.

Aunque sin duda, el momento más especial es cuando a falta de tres minutos suena el himno del club y todo el pabellón se pone en pie, bufanda estirada y se ponen a cantar; y es que en esta ciudad el Wisla es algo más que un club deportivo, es un sentimiento, como se puede apreciar observando a los más pequeños de las familias, algo que es verdaderamente emocionante.

Como es emocionante la solidaridad de todo el baloncesto polaco con una jugadora del filial de nuestro club aquejada desgraciadamente de una grave enfermedad. Es maravilloso ver cómo en cada partido que disputamos, la capitana del equipo rival entrega un sobre con dinero recaudado en sus partidos o en sus plantillas, algo que en el deporte profesional es difícil de ver.

Ver cómo un club humilde como Lodz entrega la recaudación del partido, demuestra que en el deporte a veces sigue habiendo grandeza y buen corazón. La Campaña «Jugar por Kasia», está siendo un éxito y ha movilizado a todo el baloncesto polaco.

José Ignacio Hernández