Anna De Forge no eligió un buen día para llegar a Hondarribia, porque la reducción de ocho a cuatro participantes en la Copa de la Reina se llevó gran parte de su presentación.
Pero ello no debe deslucir el aterrizaje en Hondartza de una estrella de la WNBA, una jugadora dos veces All-Star (tanto por elección de entrenadores como por votación popular) y que viene a tapar los huecos que dejan las lesionadas Jovana Rad (cinco meses) y María Revuelto (cinco semanas).
Su llegada iba a ser el empujón para intentar entrar en la Copa de la Reina, pero anteyaer se supo que sólo la disputarán el anfitrión (Zaragoza) y tres más. La medida ha causado sorpresa e indignación en los clubes, que se reunirán para intentar evitar que este recorte se haga efectivo.
José Mari Izagirre, presidente del Hondarribia-Irun, señaló que «no vamos a aceptar una Copa en estas condiciones. Y no entiendo como el club de Zaragoza la permite, dando una puñalada al resto de los clubes».
El entrenador, Joan Albert Cuadrat, cree que «la Liga Femenina perdería muchísimo. No sólo en la propia Copa, sino en el discurrir de la Liga porque diez equipos no tendrían más sentido que luchar por la permanencia».
De Forge, tiradora
En medio de la polémica de la Copa, Anna De Forge aseguró que «vengo a una liga muy competitiva y me parece una gran oportunidad. Lo que siento es que sea por las lesiones que hay en el equipo». La alero estadounidense, de 33 años y 1,78 de estatura,
ha promediado 10,3 puntos, 3,2 rebotes y 2,1 asistencias en en ocho temporadas en la WNBA (con 37% en triples) y 17, 5 y 2 en tres campañas de Euroliga con el Wisla de Cracovia. Debutará el sábado ante el Mann Filter en Zaragoza.
