La pretemporada del equipo que, un curso más, dirigirá Carlos Colinas se cierra hoy mismo (20:00) con el que el propio entrenador celeste califica como «el test más válido» de todos los realizados hasta la fecha, la visita al Cortegada –rival liguero– en Vilagarcía. Y resulta más trascendente que los que lo precedieron por la cercanía del inicio liguero y porque el trabajo realizado en las últimas semanas debe empezar a dar sus frutos.
Frutos que abarcan «tanto el nivel físico como el grado de acoplamiento». En el primero de los apartados, Colinas aclara que en los últimos días «hemos bajado la carga de trabajo para que las jugadoras se sientan un poco más fresca». Hay, como no, las normales molestias de arranque de temporada –las más reseñables, las que sufre Paloma González, que podría ser reservada esta tarde-noche– pero el técnico céltico se muestra satisfecho del global.
Y en el segundo de los puntos, el del acoplamiento, mención especial merecen los tres fichajes: Salomé García , Inés Faustino y Minata Keita. Esta última, que pasar por ser pieza clave en el devenir de la temporada céltica, cumple ahora casi tres semanas trabajando con el grupo y «no es la misma jugadora que llegó entonces, sobre todo a nivel físico. Llegó muy fuera de forma y ahora la situación es muy diferente. Lo que resulta fundamental para una jugadora que, además, basa buena parte de sus cualidades en el apartado físico».
El último capítulo de la pretemporada ha sido la clara derrota ante el Universitario de Ferrol, equipo de Liga Femenina, en la semifinal de la Copa Galicia (69-41). Con todo, Colinas no cree que en el choque de hoy el equipo deba buscar principalmente un refuerzo anímico, sino «arreglar detalles y trabajar aspectos ofensivos y defensivos. Aunque la victoria siempre tiene un sabor especial».
