Laura Herrera otro verano en rojo

Por quinto verano, la pívot tinerfeña es llamada a la preselección española de baloncesto

Laura Herrera pasa otro verano en rojo. La pívot tinerfeña (25 años) ha sido llamada, por quinta temporada de las seis últimas, por la Federación Española de Baloncesto para formar parte de la preselección nacional que se prepara para afrontar de nuevo con las máximas aspiraciones una cita de primer nivel internacional. En todas las ocasiones anteriores, la santacrucera se ha quedado a las puertas de meterse entre las 12 elegidas. Ahora, la jugadora isleña intenta romper con su particular maldición, un reto doblemente complicado ya que, de lograrlo, irrumpiría en un grupo más que hecho y que afronta el Mundial de Turquía con la inmejorable tarjeta de haberse proclamado campeón de Europa hace apenas 12 meses. «Soy consciente de que estoy en una selección en la que el nivel competitivo es enorme, por lo que pelearse por un puesto es sumamente complicado», cuenta la ahora jugadora del Mann Filter Zaragoza de Liga Femenina, que se toma su llamada «como un premio al trabajo realizado en todos estos años en los que resulta muy duro estar fuera de casa».

La interior isleña lucha estos días en Murcia –donde España se encuentra concentrada– por convencer al seleccionador Lucas Mondelo, que deberá realizar cinco descartes antes de la cita mundialista. «Que me llamaran para los primeros entrenamientos ya fue un notición para mí, y creo que meter la cabeza en este grupo tiene un mérito enorme», cuenta Laura Herrera , para la que su mejor tarjeta de presentación en esta concentración en tierras pimentoneras podría ser el «ir sin presión y disfrutar de todo al máximo». «Algo estaré haciendo bien cuando me llaman. Claro que me gustaría dar ese pasito que me falta, y si al final se da la sorpresa y me quedo entre las 12, pues genial; si no, seguiré peleando por hacerlo en alguna ocasión», admite la pívot formada en La Salle, para la que llegar a este punto «es ya un orgullo» y una gran satisfacción que le permite competir junto a otras compañeras a las que, con o su presencia, ve ganando una medalla en Turquía.

Consolidada entre las jugadoras nacionales más regulares de los últimos cursos, Herrera ha debido lidiar con la mejor generación que haya dado jamás el baloncesto nacional en España, a lo que se añade una nueva hornada de mucho nivel. Pero Laura no se achanta y lo toma con naturalidad. «Estoy acostumbrada a ello desde categorías inferiores ya que mi generación, la del 89, siempre ha logrado resultados muy sonados, y además por detrás hay gente que viene pegando fuerte y que parece garantizar el futuro; sé que seguiré teniendo competencia», apunta en este sentido la jugadora chicharrera que estos días se emplea a fondo junto a otras interiores como Laura Nicholls , Cindy Lima , Astou Ndour y Lucila Pascua entre otras, y a la espera de que la nacionalizada Sancho Lyttle regrese de una nueva experiencia en la WNBA.

Carácter luchador y afán constante de superación, los que Laura Herrera demuestra cada verano. Periodo de vacaciones para muchos pero en el que la tinerfeña no entiende de descanso. «Otra vez debo agradecer a Jordi Bercedo y Jorge Carrillo, del Ayuntamiento de Santa Cruz, que me facilitan el tema de gimnasio y disponer de cancha en el Paco Álvarez», destaca sobre personas y enclaves que le han permitido llevar a cabo la planificación marcada por la Federación Española. Eso sin olvidar el trabajo sordo de su padre, al que define como su «fiel seguidor», y también el de su novio, el tinerfeño Álex López, jugador del Breogán de LEB Oro.

Desde la distancia, en tierras peninsulares, Herrera también está al tanto de las vicisitudes del baloncesto femenino en la Isla, con la aparición y desaparición de varios conjuntos en los últimos cursos. «La verdad que me da un poco de pena que por una cosa o por otra no salga un equipo de verdad», cuenta Laura, a la que le «encantaría que de una vez saliera un club con fuerza». La pívot habla del último proyecto, el del Clarinos, del que no posee «muchas referencias», aunque por lo que le «cuentan parece ilusionante». «Espero que estos problemas acaben en unos años y todo el mundo tire para el mismo lado para conseguir un equipo potente en Tenerife», señala con perspectiva de futuro. «Y ya que pedimos, que ese equipo alcance la máxima categoría», añade. Pero ahora, el mayor sueño de Laura Herrera es la selección. Y ella hará todo lo que esté en su mano para que se convierta en realidad.